POESIA, de Corea, 2010
Lirismo y compromiso moral en esta película de 2010 del coreano Lee Chang-dong.
POESIA expone a Chang-dong como un cineasta capaz de representar por sí solo los conflictos más hondos de su sociedad y de cuestionarla permanentemente en sus valores morales.
Una película que a pesar de las cimas y abismos que toca consigue un raro equilibrio, una suerte de serenidad y sabiduría.
POESIA habla de Miya, una abuela que debe criar sola a su nieto adolescente, implicado en la violación y el posterior suicidio de una compañera de clase.
Nadie a su alrededor –ni su nieto, de una apatía patológica, ni los padres de otros varones involucrados en el hecho, ni la misma escuela– se hace cargo de la situación, cuya solución parece depender apenas de una compensación económica a la madre de la víctima, para tapar el escándalo.
Pero esta abuela sola y en apariencia frágil, conmovida por la posibilidad de empezar –a su edad– a escribir poesía, llega a subvertir ese pacto de silencio a partir de la tácita obstinación que le dicta su conciencia. Y de un profundo sentimiento de compasión hacia la víctima.
El relato va cobrando paulatinamente espesor dramático.
Será esa anciana quien, ante la indiferencia de la sociedad, intente reparar el daño, reconstruir el orden del mundo, abrazando ella misma la tragedia, con la que consigue su primer poema, que será también el último.
La secuencia final también es un hallazgo de la película. El profesor de poesía lee el poema que Mija logró escribir. Es la única alumna que cumplió con la tarea y que físicamente no está presente. Sobre la voz en off de la lectura del poema, la cámara recorre espacios que el espectador ya vio, pero ahora están vacíos.
Logró escribir un poema, y este trata sobre la joven suicida
.
Mija denunció a su nieto, y se sumergió en la fantasía, abandonado este mundo para reunirse con la joven del comienzo.
Miya es una anciana enfrentada al dolor de la pérdida progresiva de la memoria, a la dificultad cada vez mayor de hallar la palabra exacta.
Miya se inscribe en un club de poesía, y comienza a mirar poéticamente la realidad, a buscar la magia en las cosas.
Mija mantiene la ilusión gracias a un taller de poesía y los recitales de un club de aficionados.
Siempre ha sido una mujer excéntrica, soñadora, que ve las cosas a su modo, así que cuando tiene la oportunidad de aprender y escribir su primer poema, se lanza a ello con gran determinación, con un entusiasmo más propio de una niña que acaba de descubrir a qué se quiere dedicar de mayor.
A partir de esta motivación poética, empieza a mirar lo que le rodea con otros ojos, en busca de algo que la ilumine.
Y se enfrenta a la tristeza, la miseria, el dolor, la indiferencia, la muerte. ¿Queda sitio para la poesía, queda belleza en este mundo?
Una escena tiene lugar en la clase de poesía, los alumnos confiesan y recuerdan, frente una cámara estática, momentos de felicidad en sus vidas.
El relato es demoledor y sin embargo también esperanzador.
El personaje de esta admirable mujer rehabilita los viejos y siempre vigentes valores morales, que nos hacen humanos y compasivos. Nos hace seguir creyendo en la humanidad, teniendo fe, sintiendo compasión.
La anciana enfrenta al medio en el que vive, de una pobreza moral extrema, carente de todo signo de compasión hacia la víctima, sentido de justicia, sentimientos éticos y gestos de espiritualidad o humanismo.
Y esta búsqueda es un proyecto que parece desfasado, anacrónico en un mundo caracterizado por el cinismo, la indiferencia y los contrastes de clases sociales.
Pero que en su nobleza y en su intransigencia termina siendo poco menos que subversivo.
El personaje finalmente se convierte en el ideal tan buscado, en poetiza, logra escribir un poema, que tanto se le negaba, y lo hace en recuerdo de la adolescente.
Su alma está en consonancia con la de la niña, a la que ni siquiera conoció. Su sentimiento de empatía y compasión por un ser sufriente, es signo de gran humanidad.
Lo que nos hace ver el director, es que en la Corea rica y moderna de hoy, los lazos humanos se han empobrecidos, la sociedad muestra signos de indigencia moral.
Las tradiciones y el suelo ético sobre el que se ha construido la Corea de hoy, se han olvidado, han sido dejados de lado.
La actriz protagonista
Para su quinto largometraje, el segundo tras su aventura política, Lee quiso contar con Yun Jung-hee, una veterana intérprete con más de trescientas películas a sus espaldas que se retiró hace quince años para vivir en París con su marido. Considerada la mejor actriz en la historia de Corea del Sur, Yun ha confesado que seguían enviándole guiones pero que ninguno le entusiasmaba lo suficiente como para salir de su cómoda existencia, hasta que leyó 'Poesía'.
Dice mucho del compromiso de esta mujer con la historia, y de Lee como cineasta, que se llevaran toda una noche rodando (más de treinta tomas) una escena en la que la protagonista juega al bádminton en la calle.
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