PASTORAL AMERICANA, la novela de Roth por Ewan Mc Gregor

AMERICAN PASTORAL: 

Philip Roth expone los profundos cambios del último medio siglo de vida americana.

 La adaptación se centra en la búsqueda del Sueco de su hija

 y los temas de incertidumbre, destinos cambiantes, familia y pérdida

Es el debut en la dirección, de un actor inglés formidable, que hizo tantas películas, y al que seguimos desde sus primeros pasos en la pantalla, tal vez aún siendo desconocido, en  el personaje de Julian Sorel, en Rojo y Negro, la versión de la BBC para la televisión de la novela de Stendhal. Y su salto a la fama desde la pantalla grande con Transpoitting y Escrito en el cuerpo (The pillow book), en 1996.

Roth sintetizaba el sentido profundo de casi un siglo de historia americana a través de los Levov, que eran, al mismo tiempo, carne tangible (y alma compleja) y símbolo perfecto de la construcción y degradación de un mito.

“Sí, en 1973, a los cuarenta y seis años, (…) el Sueco descubría que todos estamos en poder de algo demencial. Es solo cuestión de tiempo, hombre blanco… ¡Todos lo estamos!”, escribía Philip Roth en una escena clave de Pastoral americana, premio Pulitzer 1998 y una de las piezas mayores en el último tramo de su trayectoria.

La película

Basada en la novela homónima de Philip Roth, ganadora del Premio Pulitzer, con ella Ewan McGregor debuta en la dirección y encarna a Seymour Levov, “el Sueco”, un atleta legendario en el instituto que ahora es un exitoso hombre de negocios casado con Dawn, una ex reina de la belleza. 

La película va relatando la progresiva erosión espiritual de su personaje, y a través de ese relato, el director elabora una reflexión sobre 

Si las revueltas y la violencia de los años 60 contra la guerra de Vietnam y el sistema político americano impactó en la sociedad americana,  en la historia de la película la violencia está presente a través del fanatismo y los actos terroristas de la hija, que marcarán la destrucción de una familia.

El impacto y la incertidumbre social son llevados al plano particular de una familia, y de un puñado de personajes.

La gran historia, con el movimiento juvenil y las manifestación de los afroamericanos contra la violencia policial, en las calles de Nueva York, tienen su relato en paralelo, a través del Sueco y el dificil entramado con relación a su hija Merry.

Tras la apariencia impecable de la vida del “Sueco”, se fragua la tormenta.

Cuando su hija Merry desaparece tras ser acusada de cometer un acto violento, “el Sueco” se dedica a buscarla y a reunir a su familia.

Lo que descubre remueve sus cimientos, forzándole a mirar más allá de la superficie y afrontar el caos que está forjando el mundo a su alrededor: ninguna familia americana volverá a ser la misma.

Pastoral americana narra la historia de una familia americana a través de varias décadas, en la que su idílica existencia se hace añicos por la agitación social y política que cambiará para siempre la estructura de la cultura estadounidense.

Lo que Roth cuenta en su novela es la destrucción del sueño americano. Su protagonista es un emblema del patriotismo y la rectitud moral a quien el destino parece reservar una vida perfecta junto a una esposa perfecta y una hija perfecta.

Pero la niña, Merry, desarrolla primero un tartamudeo y después una inapropiada atracción por su padre, y poco a poco se convierte en una adolescente furiosa. 

Cuando Vietnam estalla, Merry va radicalizándose. Se enfrenta a sus progenitores, que aseguran oponerse a la guerra pero no dejan que nada altere su cómoda existencia suburbana. Y un día, tras hacer estallar una bomba en un edificio de Correos que mata a una persona inocente, desaparece.

A partir de ese momento, mientras mueve cielo y tierra tratando de encontrar a su hija, la sonrisa vacua del Sueco se vuelve del revés, y su perfecta vida de postal queda completamente destruida.

Siempre que un actor da el salto a la dirección, los críticos y muchos espectadores preparan sus cuchillos afilados. Lo mismo ocurre cuando un libro tan emblemático como Pastoral Americana es llevado al cine.

Así que empezar su carrera detrás de la cámara adaptando una de las grandes novelas americanas de los últimos tiempos, ganadora además de un Pulitzer, es una tarea realmente arriesgada. 

Ewan McGregor ha apuntado realmente alto para su primer trabajo, con una historia totalmente estadounidense que puede parecer lejana a un escocés como él.

Y no se lo iban a perdonar.

Pero conecta al ser padre de cinco hijas, como él mismo reconoce. Y en definitiva se narra una historia familiar, humana, y universal.

A mí se me imponía ver esta película, no por la novela de Roth, sino para apreciar el trabajo de dirección por parte de un actor tan querido, que tanto me gusta.

Vista desde este prisma, sin las espectativas previas de la comparación con el libro, la película no me defraudó.

Contrariamente a las críticas negativas que recibió la película, este trabajo de Mc Gregor es una historia bien contada, con un fondo histórico que refleja las tensiones sociales del contexto de la época, y un nudo dramático fuerte, bien elaborado a partir de las tensiones en el marco de la estructura familiar.

Desde la perspectiva dramática de la familia, la pregunta que plantea la película es ¿qué ocurre cuando un miembro de la familia, un hijo, específicamente, niega o rechaza ser parte de la familia?

Cuando abandona ese núcleo afectivo, cuando desaparece por propia voluntad, cuando elude ese rol familiar, que ocurre con los padres, con esa estructura de familia?

Creo que el poner en cuestión los lazos y las relaciones familiares con este interrogante, hace que la película se constituya en una muy interesante indagación sobre la familia.

El relato es lascerante y nos hace reflexionar sobre esa construcción social llamada familia.

Lo que resulta inimaginable, que nos sea arrebatado un hijo, no por ninguna fuerza del destino, sino por rechazo, por voluntad, adquiere una dimensión trágica, quizás mayor, más dolorosa y más difícil de aceptar.

Pastoral americana

A diferencia del resto de la vida biológica, la humana lleva la marca de la libertad, lo que implica su apertura a infinitas posibilidades existenciales.

El mundo de los afectos no puede ser dirigido, controlado, reglado, no se rige por leyes de ningún tipo. Ni la lógica, la razón o la voluntad pueden subsumirlo.

ENTREVISTA A EWAN MC GREGOR, EL DIRECTOR Y ACTOR

Ewan McGregor ('American Pastoral'): "He pasado los últimos 18 años queriendo dirigir una película"

¿Por qué elegiste este guion para tu primera película? ¿Qué te hizo sentir?

La primera vez que leí el guion fue hace unos cinco o seis años. La mayor de mis hijas tiene 20 años y vive en la universidad, en Nueva York, mientras que yo vivo en la costa oeste de América, en Los Ángeles. En ese momento, debí estar preparándome a mí mismo para su partida, algo que haces inconscientemente. Esta historia se centra principalmente en un padre que pierde a su hija y, por supuesto, esto se produce de manera extrema porque ella se refugia en el fanatismo y en el terrorismo. Después desaparece y él pasa su vida buscándola. Así que yo debía estar preparándome para perder a mi hija y para despertarme en una casa en la que ella no estaría durmiendo. Me pregunto si fue por eso, sinceramente creo que sí.

¿Cómo han cambiado las relaciones padre/hijo desde la época que retratas en American Pastoral (Pastoral Americana)?

Creo que probablemente todas las generaciones sienten que los jóvenes de su época están descontrolados. Me escucho a mí mismo diciendo cosas que mi padre solía decir sobre música, cine, los programas que ponen en televisión… Mi padre me decía esas cosas y estoy seguro de que ellos les dirán esas cosas a sus hijos. La diferencia de nuestra generación es que nosotros no teníamos Internet ni la tecnología que existe hoy en día. Eso ha supuesto un gran cambio en el mundo que afecta directamente tanto a nuestros hijos como a su seguridad. Es un tema muy complicado y, como padre, nunca se sabe qué hacer con ello.